"Conocí a Pirata hace tres años, a través de internet. En el anuncio decía que era bueno, tranquilo, que se llevaba bien con machos y hembras y que no se metía en peleas; también decía que era un perro muy noble, a pesar de lo que había sufrido. Lo que me llamó la atención fue su mirada tan triste y, ya desde ese día, me robó el corazón. Cada cierto tiempo, escribía preguntando por él, para saber si lo habían adoptado y la respuesta siempre era la misma: “no, sigue en el refugio” y yo no lo entendía…. pero no podía adoptarlo por mi situación. A pesar de eso, me prometí que, en cuanto pudiera, me lo traería a mi casa.
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